Visita al restoràn

Una salida a comer afuera , casi que no se considera en la vida del jubilado.
Los precios exorbitantes en la carnicería, el almacén , la panadería, ya le hacen presumir que una salida de esta naturaleza, acabará de un solo golpe, su menguada mensualidad.
Pero llega un amigo y nos invita a comer.
- ¿ Te parece, Ruso ? -, manifiesto pensando ya en lo que irá a salir el acontecimiento.
- ! Olvidate ¡ - contesta mi amigo .
De manera que partimos , mi esposa bienamada, el Ruso y yo, buscando un lugar para comer al mediodía.
Luego de mucho observar comedores cerrados, al fin vemos uno en cercanías de la costanera , que en ese momento estaba cubierta por el agua de la creciente del río y se podía divisar desde el restorán , a unos 50 metros de distancia del lugar y plagado de mugre, resaca, botellas de plástico y todas esas linduras que locales y turistas suelen arrojar desaprensivamente para luego salir a protestar por el calentamiento globlal .
Luego de observar tan bello panorama, ingresamos al local , en el cual ya había varias personas más o menos de nuestra edad , lo que equivale a decir ...jubilados.
Al trasponer la entrada, encuentro a una pareja de viejas morfando a mandíbula batiente mientras se clavaban un tinto.
- ! Buenos días, buen provecho ¡ - les digo con tono de voz elevada.
Una de las viejas quiere contestar de inmediato de manera que manifiesta entre movimiento de dientes carentes de Corega una especie de sonido gutural mientras se le escapa un trozo de chorizo por la boca.
- Grddacias...
La otra vieja también saluda y mientras nos dirigimos a buscar ubicación, voy saludando a todos.
Algunos contestan y otros , cero bola . Pero en fin , ya estamos acostumbrados a los dulces encantos de la pérdida de la amabilidad y las buenas costumbres.
Hallamos una mesa y tomamos asiento para esperar ser atendidos.
Al cabo de algunos minutos , aparece una de las mozas, con cara de pocos amigos y tres maravillosas carpetas con los precios.
No les damos mucha bola, pues ya casi que teníamos determinado comer un trozo de carne o una parrillada.
Hay parrillada de carne y parrillada de achuras.
Pedimos esta última.
La moza dice :
- No tengo .... Así, sin más, muy suelta de cuerpo.
Plena temporada , una carta como la carpeta de bendiciones del Papa Francisco ...pero parrillada de achuras...no tiene.
Respondo de inmediato (viendo los costos y tratando de que el Ruso pague lo menos posible ).
-Bueno, trae una parrillada de carne ....si tienen...
-Sí, eso sí tenemos .- dice la moza y marcha hacia los recónditos lugares en donde - presuntamente- se estará asando la carne.
-Y una porción de papas fritas - le grito, mientras se marchaba rauda y con cara de orto.
El ruso mira la lista de vinos, al mismo tiempo que yo observaba lo mismo.
- ¿ Estos vinos de donde son ? - Por los precios los deben haber rescatado de la bodega de algún galeón español del siglo XIV .- manifiesto , en tanto las viejas que estaban al lado de la puerta seguían dando cuenta de la segunda botella.
En el ínterin, ingresan unos cuantos parroquianos más , aunque a ninguno de ellos se les ocurre saludar , esbozar una sonrisa, decir "buen provecho " ,ni nada por estilo . Salvo un par de beneméritos ancianos que saludan a todo el mundo, dicen "buen provecho" y hacen acotaciones en referencia al clima imperante.
Aparece la moza a los veinte minutos con una bandeja parrillera, de esas que llevan brasas en su interior con dos trozos de morcilla, dos de pollo, dos de carne y dos de chorizo. Todo trozado como para los infantes del jardín.
A mi señora se le ocurre decir:
-! No tiene vacío a la pizza ¡
-Y no,- le respondo - esto es una parrillada, si querés vacío a la pizza tenés que pedir aparte .
El Ruso, entonces llama rápidamente a la moza y le pide que traiga vacío a la pizza.
- Ruso,dejate de joder ,- le digo
No, pá ,- señala. - yo los invité y coman lo que quieran.
No pasaron ni tres minutos y aparece el matambre a la pizza.
Nunca tan bien aplicado el nombre pues el tamaño no era mayor a una porción de una de muzzarella .
A mi esposa se le cayeron dos hilos de baba por la comisura y atacó sin piedad el plato de referencia.
-¿ Querés probar , Raúl ?
Corto un pedacito del matambre y le digo:
- Esto está hervido y lo pusieron un minuto en la parrilla para que se desparrame el queso.
-! Ah, callate , vos nunca estás conforme con nada ¡ ,- señala en tanto se introduce un bocado del matambre chorreante de queso en la boca.
Llegan las papas fritas, de un color acaramelado, tirando a marrón oscuro, muestra inobjetable de que el aceite es de cárter de Caterpillar o bien tienen 358 recalentadas....
Ataco un trozo de asado, duro como cuarto de gliptodonte en celo , seco como legua de loro y más desabrido que beso de suegra.
Al Ruso se le ocurre pedir chimichurri .Llama a la moza.
Viene la niña simpática, el Ruso hace su pedido y entonces escucha con estupor :
-Chimichurri, no tenemos.
-Bueno, traeme una salsa criolla entonces.
-Eso sí tenemos. Ya le traigo.
A los dos o tres minutos aparece con una cazuelita de cerámica , poco más grande que un dedal con la "salsa criolla " ¡ hecha con morrón amarillo !
Somos tres, de manera que con una cuchara de té , repartimos una cucharadita para cada uno y ...adiós tu salsa.
Finalmente a pesar de los pesares, damos por finalizada la parrillada, en la que quedaron un trozo de pollo y los dos de chorizo, de manera que los acuchillé para desmenuzarlos y no puedan ser embaucados otros pobres jubilados.
Busco mondadientes.
No hay.
Pedimos la cuenta , el Ruso acude a su billetera y Liliana quiere contribuir con la propina.
El Ruso se niega rotundamente , llama a la moza , paga y salimos.
A los cincuenta metros, el río acuna sin cesar, botellas, pañales, resaca, mugre y otras menudencias un poco más desagradables que no voy a citar porque recién terminamos de almorzar.

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