El tràmite
Desperté temprano para ir al banco.
Debía hacer los trámites para retirar la tarjeta de cobro que me permita retirar los billetes aquí en Colón.
Ya había cobrado anteriormente en Concepción del Uruguay, a 40 km de mi domicilio, de manera que tuve que viajar hasta allá para hacer efectivo el cobro y realizar los trámites para cambiar el lugar de pago.
Menos mal que no me mandaron a cobrar a Colón , Buenos Aires ; Colón, San Juan ; Colón , San Luis o Colón, Salta . Para estos tipos todo da igual.
La cuestión es que llegamos al Banco de la Nación Argentina sucursal Colón , Entre Rios ( nombre rimbombante si los hay),
para hacer efectivos mis haberes.
Nos adentramos al edificio y ! vaya sorpresa ¡ , me encontré no con el bullicio de antaño en donde hombres y mujeres, jóvenes y viejos se agolpaban en su interior y hasta los gurises corrían entre la gente.
No señor, un silencio monacal , escritorios ordenados , y un laberinto de cintas para llevarte como ganado hacia tu destino final....las cajas de cobro.
-¿Esto es nuevo ? - , pregunto a Liliana, mi mujer que me acompaña diligente para que yo no me mande ninguna macana.
- ! Ay, Raúl ¡, esto está así desde hace como diez años....
-Mirá vos...como se nota que hace mucho que no vengo al banco...
-¿ Quien sigue ? , escucho una voz que proviene desde un escritorio
- Yo , - digo ,en tanto me aproximo tratando de encontrar el camino entre el laberinto de cintas.
-Tome asiento, señor-, me dice una pendeja con un piercing en la nariz que se asemeja a un moco colgando .
Le explico mi situación y a los 20 segundos de comenzado el relato me pide el documento.
Mientras revuelve papeles y escribe en la computadora, siento el ojo avizor de las cámaras de seguridad que registran todos mis movimientos .
Claro, imagino que con mi cara de loco, cabello largo, barba, boina, medio desaliñado , pensarán que vengo a vaciar la bóveda como un comando suicida...
La empleada comienza a sacar formularios mientras me dice :
- Firme acá - , en tanto me va quitando lo que acabo de firmar y pone un sello que dice " Anulado" .
Al momento , me alcanza otra pila de formularios a los cuales debo - también - poner el gancho ...al rato se me acalambra el dedo , pero por suerte ya estaba en el formulario 54 de 58 , de manera que tiré un poco del dedo y terminé de firmar los cuatro restantes.
-Muy bien señor , ahora pase por caja cuatro que le van a pagar .
-Gracias-, respondo a la del moco simulado y me voy hacia el otro sector.
Encaro de inmediato para trasponer el muro de Berlín que hay en torno a las ventanillas pero mi señora me detiene en seco.
-! Esperá ¡... ¿ no ves que va por número ? tenés que aguardar a que aparezca en pantalla...
-¿ Qué pantalla?-, interrogo
- Aquella que está allá -, me dice.
A dieciocho metros de altura y en dirección a la constelación de las Pléyades, aparece una pantalla de color negro con números rojos que muestra el llamado por las diferentes cajas.
Aguardamos unos minutos y de repente se escucha un sonido como de Jumbo 747 de Aerolíneas. Me quedo aguardando la voz de la aeromoza, que diga: " Señor Álvarez , diríjase hacia ventanilla número cuatro para cobrar sus haberes. El banco le brindará custodia personal hasta su domicilio para que no tenga ningún inconveniente...."
Escucho, en cambio :
-! Dale, movete ¡- , escucho la voz de mi esposa y con un empujón me manda para que traspase el muro de los lamentos. Cuento, uno, dos , tres, cuatro....esta es la caja.
-Hola, buenos días, vengo a cobrar mi jubilación -, digo con mi mejor sonrisa .
El tipo que está contando un grueso fajo de billetes dice sin siquiera levantar la vista : " ciento ochenta y seis mil ochocientos noventa con cincuenta y cuatro" .
Casi me da un infarto.
- ¿ Tanto tengo para cobrar ? - , pregunto mientras se me cae un hilo de baba por la comisura.
-No, esto es el sueldo del diputado Garcarulo. Usted cobra por caja cuatro ,¿ no le dijeron ?
- ! Pero si estoy en la caja cuatro ¡ -, respondo.
- No señor, esta es la caja cinco. La cuatro está después de esta -, me contesta el tipo que no me da ni cinco de bola y sigue contando guita.
-! La puta que lo parió ¡,- digo y vuelvo a contar : uno, dos .tres , cuatro...Pero la cuatro es cinco y la cinco es la cuatro.
- ! Mierda ¡ , si así llevan la contabilidad estos hijos de puta, estamos fritos.
Dos pasos más, llego a la caja cinco que viene a ser la cuatro en virtud del alto desarrollo tecnológico alcanzado en la última década en el Banco de la Nación Argentina, sucursal Colón que - eso sí - ahora tiene vereda nueva en todo su entorno.
Me atiende una gordita más simpática que Bin Laden con diarrea .
-Vengo a cobrar mi jubilación- , le digo alborozado y con una sonrisa de oreja a oreja.
-Documento - , dice la gorda , seca como culo e' perro.
De nuevo , conteo de billetes de alta denominación ....bueno, no tan alta, de cien nomás. Y no tantos , no llegan a setenta.
Detrás mío escucho la voz de mi bienamada esposa que le dice a la gorda falta de sexo :
- ¿Nos podés imprimir el recibo, por favor ?-
La gorda , no se inmuta, no levanta la vista, no contesta . Sigue escribiendo no sé que carajo en una planilla.
Después, me alcanza un recibo y me dice:
-Firme acá.
Tomo el papel , el bolígrafo y me quedo esperando durante unos treinta segundos . La gorda me mira y mi mujer me dice:
- ! Dale, firmá ¡ ... ¿ que estás esperando ?
- Es que como esta caja atiende con delay ( efecto de sonido que consiste en la multiplicación y retraso modulado de una señal sonora ) estoy haciendo lo mismo para no romper las reglas -, contesto.
A la gorda no le importa una mierda mi apreciación y es más, mira imperturbable mientras junto las dos últimas monedas de mi extraordinaria jubilación.
A la salida del banco veo una figura que camina presurosa rumbo a la institución .
Es el diputado Garcarulo que llega a cobrar su miserable sueldo
Debía hacer los trámites para retirar la tarjeta de cobro que me permita retirar los billetes aquí en Colón.
Ya había cobrado anteriormente en Concepción del Uruguay, a 40 km de mi domicilio, de manera que tuve que viajar hasta allá para hacer efectivo el cobro y realizar los trámites para cambiar el lugar de pago.
Menos mal que no me mandaron a cobrar a Colón , Buenos Aires ; Colón, San Juan ; Colón , San Luis o Colón, Salta . Para estos tipos todo da igual.
La cuestión es que llegamos al Banco de la Nación Argentina sucursal Colón , Entre Rios ( nombre rimbombante si los hay),
para hacer efectivos mis haberes.
Nos adentramos al edificio y ! vaya sorpresa ¡ , me encontré no con el bullicio de antaño en donde hombres y mujeres, jóvenes y viejos se agolpaban en su interior y hasta los gurises corrían entre la gente.
No señor, un silencio monacal , escritorios ordenados , y un laberinto de cintas para llevarte como ganado hacia tu destino final....las cajas de cobro.
-¿Esto es nuevo ? - , pregunto a Liliana, mi mujer que me acompaña diligente para que yo no me mande ninguna macana.
- ! Ay, Raúl ¡, esto está así desde hace como diez años....
-Mirá vos...como se nota que hace mucho que no vengo al banco...
-¿ Quien sigue ? , escucho una voz que proviene desde un escritorio
- Yo , - digo ,en tanto me aproximo tratando de encontrar el camino entre el laberinto de cintas.
-Tome asiento, señor-, me dice una pendeja con un piercing en la nariz que se asemeja a un moco colgando .
Le explico mi situación y a los 20 segundos de comenzado el relato me pide el documento.
Mientras revuelve papeles y escribe en la computadora, siento el ojo avizor de las cámaras de seguridad que registran todos mis movimientos .
Claro, imagino que con mi cara de loco, cabello largo, barba, boina, medio desaliñado , pensarán que vengo a vaciar la bóveda como un comando suicida...
La empleada comienza a sacar formularios mientras me dice :
- Firme acá - , en tanto me va quitando lo que acabo de firmar y pone un sello que dice " Anulado" .
Al momento , me alcanza otra pila de formularios a los cuales debo - también - poner el gancho ...al rato se me acalambra el dedo , pero por suerte ya estaba en el formulario 54 de 58 , de manera que tiré un poco del dedo y terminé de firmar los cuatro restantes.
-Muy bien señor , ahora pase por caja cuatro que le van a pagar .
-Gracias-, respondo a la del moco simulado y me voy hacia el otro sector.
Encaro de inmediato para trasponer el muro de Berlín que hay en torno a las ventanillas pero mi señora me detiene en seco.
-! Esperá ¡... ¿ no ves que va por número ? tenés que aguardar a que aparezca en pantalla...
-¿ Qué pantalla?-, interrogo
- Aquella que está allá -, me dice.
A dieciocho metros de altura y en dirección a la constelación de las Pléyades, aparece una pantalla de color negro con números rojos que muestra el llamado por las diferentes cajas.
Aguardamos unos minutos y de repente se escucha un sonido como de Jumbo 747 de Aerolíneas. Me quedo aguardando la voz de la aeromoza, que diga: " Señor Álvarez , diríjase hacia ventanilla número cuatro para cobrar sus haberes. El banco le brindará custodia personal hasta su domicilio para que no tenga ningún inconveniente...."
Escucho, en cambio :
-! Dale, movete ¡- , escucho la voz de mi esposa y con un empujón me manda para que traspase el muro de los lamentos. Cuento, uno, dos , tres, cuatro....esta es la caja.
-Hola, buenos días, vengo a cobrar mi jubilación -, digo con mi mejor sonrisa .
El tipo que está contando un grueso fajo de billetes dice sin siquiera levantar la vista : " ciento ochenta y seis mil ochocientos noventa con cincuenta y cuatro" .
Casi me da un infarto.
- ¿ Tanto tengo para cobrar ? - , pregunto mientras se me cae un hilo de baba por la comisura.
-No, esto es el sueldo del diputado Garcarulo. Usted cobra por caja cuatro ,¿ no le dijeron ?
- ! Pero si estoy en la caja cuatro ¡ -, respondo.
- No señor, esta es la caja cinco. La cuatro está después de esta -, me contesta el tipo que no me da ni cinco de bola y sigue contando guita.
-! La puta que lo parió ¡,- digo y vuelvo a contar : uno, dos .tres , cuatro...Pero la cuatro es cinco y la cinco es la cuatro.
- ! Mierda ¡ , si así llevan la contabilidad estos hijos de puta, estamos fritos.
Dos pasos más, llego a la caja cinco que viene a ser la cuatro en virtud del alto desarrollo tecnológico alcanzado en la última década en el Banco de la Nación Argentina, sucursal Colón que - eso sí - ahora tiene vereda nueva en todo su entorno.
Me atiende una gordita más simpática que Bin Laden con diarrea .
-Vengo a cobrar mi jubilación- , le digo alborozado y con una sonrisa de oreja a oreja.
-Documento - , dice la gorda , seca como culo e' perro.
De nuevo , conteo de billetes de alta denominación ....bueno, no tan alta, de cien nomás. Y no tantos , no llegan a setenta.
Detrás mío escucho la voz de mi bienamada esposa que le dice a la gorda falta de sexo :
- ¿Nos podés imprimir el recibo, por favor ?-
La gorda , no se inmuta, no levanta la vista, no contesta . Sigue escribiendo no sé que carajo en una planilla.
Después, me alcanza un recibo y me dice:
-Firme acá.
Tomo el papel , el bolígrafo y me quedo esperando durante unos treinta segundos . La gorda me mira y mi mujer me dice:
- ! Dale, firmá ¡ ... ¿ que estás esperando ?
- Es que como esta caja atiende con delay ( efecto de sonido que consiste en la multiplicación y retraso modulado de una señal sonora ) estoy haciendo lo mismo para no romper las reglas -, contesto.
A la gorda no le importa una mierda mi apreciación y es más, mira imperturbable mientras junto las dos últimas monedas de mi extraordinaria jubilación.
A la salida del banco veo una figura que camina presurosa rumbo a la institución .
Es el diputado Garcarulo que llega a cobrar su miserable sueldo
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