Visita al doctor
Llegados a esta instancia ( léase jubilados ) , dejamos de ser personas
para pasa a transformarnos en un número, un ente , un valor monetario,
algo...cualquier cosa menos un ser humano.
Servimos para las estadísticas, para continuar pagando impuestos, para que nos usen los abogados , para que nos expriman los médicos , para que se burlen los jóvenes, para que votemos a los políticos.
Nos hemos transformado en idiotas.
La palabra idiota es un adjetivo en sentido peyorativo o despectivo ya que hace referencia a una persona con escasa inteligencia, que no comprende lo que se explica o sucede a su alrededor, aunque sea evidente lo que ocurre en torno a él, asimismo, una persona considerada idiota sufre rechazo por parte de la sociedad, ya que se toma como un tonto, imbécil, ignorante y, por ende, sin educación.
Y uno se da cuenta de inmediato de esto , cuando pasa a ser jubilado .
Un jubilado va a su médico de cabecera porque sospecha que pueda estar sufriendo un ataque cardíaco.
Después de esperar alrededor de una hora ( esto por no haber avisado con un mes de anticipación de que hoy iba a sufrir un ataque ) la secretaria del médico, con cara de culo , lo hace ingresar , ladrándole en la cara :
-! Pasá, que ya te atienden ¡ -
El jubilado ingresa, saluda y cuenta su malestar , diciendo que teme estar sufriendo un ataque al corazón.
El profesional, observándolo de soslayo, manifiesta:
-¿ Trajiste la orden?-
-No, la verdad es que me vine enseguida. Tengo miedo de que me dé un infarto.
Con cara de orto, el profesional - sin siquiera mirarte - dice :
-Te voy a derivar al doctor Fulano . Es el cardiólogo del PAMI . Pasá por la obra social para que te hagan la autorización. Buenos días.
El jubilado se marcha con un dolor en el pecho, dificultades para respirar y el brazo izquierdo adormecido.
En la obra social le manifiestan que el doctor Fulano atiende únicamente por la tarde y nada más que cinco turnos del PAMI por día, de manera que tendrá que esperar hasta dentro de dos semanas.
Se acuerda entonces de las llamadas por el teléfono ofreciéndole tarjetas de crédito, viajes, rebajas, ofertas, teléfonos, computadoras.
Y todo porque ahora es jubilado.
A la hora de ser considerado una persona, el sistema está colapsado, el teléfono no funciona , se cayó el sistema , el doctor puede atenderlo dentro de dos semanas, no quedan más turnos, no llegó la secretaria , se cortó la luz, no hay agua o Júpiter, Neptuno y Plutón están alineados y hay huelga en el Colegio Médico .
Y el jubilado con la boca llena de espuma, jadeando como un condenado , ya casi espástico , es objeto de la mirada despectiva de los pacientes "normales" sentados hace tres horas esperando a que " el doctor los
atienda ".
Pero a no quejarse.
Así es el fabuloso mundo del jubilado.
Servimos para las estadísticas, para continuar pagando impuestos, para que nos usen los abogados , para que nos expriman los médicos , para que se burlen los jóvenes, para que votemos a los políticos.
Nos hemos transformado en idiotas.
La palabra idiota es un adjetivo en sentido peyorativo o despectivo ya que hace referencia a una persona con escasa inteligencia, que no comprende lo que se explica o sucede a su alrededor, aunque sea evidente lo que ocurre en torno a él, asimismo, una persona considerada idiota sufre rechazo por parte de la sociedad, ya que se toma como un tonto, imbécil, ignorante y, por ende, sin educación.
Y uno se da cuenta de inmediato de esto , cuando pasa a ser jubilado .
Un jubilado va a su médico de cabecera porque sospecha que pueda estar sufriendo un ataque cardíaco.
Después de esperar alrededor de una hora ( esto por no haber avisado con un mes de anticipación de que hoy iba a sufrir un ataque ) la secretaria del médico, con cara de culo , lo hace ingresar , ladrándole en la cara :
-! Pasá, que ya te atienden ¡ -
El jubilado ingresa, saluda y cuenta su malestar , diciendo que teme estar sufriendo un ataque al corazón.
El profesional, observándolo de soslayo, manifiesta:
-¿ Trajiste la orden?-
-No, la verdad es que me vine enseguida. Tengo miedo de que me dé un infarto.
Con cara de orto, el profesional - sin siquiera mirarte - dice :
-Te voy a derivar al doctor Fulano . Es el cardiólogo del PAMI . Pasá por la obra social para que te hagan la autorización. Buenos días.
El jubilado se marcha con un dolor en el pecho, dificultades para respirar y el brazo izquierdo adormecido.
En la obra social le manifiestan que el doctor Fulano atiende únicamente por la tarde y nada más que cinco turnos del PAMI por día, de manera que tendrá que esperar hasta dentro de dos semanas.
Se acuerda entonces de las llamadas por el teléfono ofreciéndole tarjetas de crédito, viajes, rebajas, ofertas, teléfonos, computadoras.
Y todo porque ahora es jubilado.
A la hora de ser considerado una persona, el sistema está colapsado, el teléfono no funciona , se cayó el sistema , el doctor puede atenderlo dentro de dos semanas, no quedan más turnos, no llegó la secretaria , se cortó la luz, no hay agua o Júpiter, Neptuno y Plutón están alineados y hay huelga en el Colegio Médico .
Y el jubilado con la boca llena de espuma, jadeando como un condenado , ya casi espástico , es objeto de la mirada despectiva de los pacientes "normales" sentados hace tres horas esperando a que " el doctor los
atienda ".
Pero a no quejarse.
Así es el fabuloso mundo del jubilado.
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