Supervivencia
- ! Raúl , tenés que hacer la supervivencia ¡ - me grita mi mujer
haciéndome saltar del mullido sillón donde mis desgastadas nalgas ya han
dejado su marca indeleble por las horas de uso.
- ¿Otra vez con esa mierda ?- contesto , pensando ya que tendré que ir a un supermercado de marca nacional, o a la farmacia más cercana para que el PAMI o la ANSES , o no sé quien carajo se entere de que todavía respiro y tendrán que seguir aportándome los ocho mil de sueldo.
A todos los integrantes del Fabuloso Mundo del Jubilado, les sucede lo mismo.
Se los investiga periódicamente para saber cuando uno estira la pata, espicha, clava la guampa , caga la fruta , caga p'al fisco , o tantas otras delicadas sutilezas para señalar que la parca nos ha llevado.
Es un extraño método para mi modo de ver porque investigan a los integrantes de este "grupo etario" que generalmente ganan dos pesos con cincuenta , más no se esfuerzan para nada para saber de donde los políticos sacan la guita para comprar departamentos "desde el pozo", auto de alta gama, gatos , yate, vacaciones en Orlando , trajes italianos , miles de hectáreas y otros "beneficios".
Pero , en fin, no voy a descubrir la pólvora con estos pensamientos fachos que me vienen a la mente cada dos por tres.
Saco cuentas.
¿Que me queda más cerca ?, ¿ la farmacia o el súper ?
Me decido por la farmacia que la tengo a una cuadra menos.
Ustedes dirán : " ! Qué exagerado ¡" ..." por una cuadra podría ir al súper y no habría diferencia ..."
Ocurre que a esta edad, cien metros menos evitan que nuestras desgastadas "chiquizuelas " , nos hagan sufrir por la falta de líquido sinovial.
Les recuerdo que el dolor en la parte posterior de la rodilla puede ser causado por artritis o quistes, conocidos como los quistes de Baker, los cuales son una acumulación de líquido articular (líquido sinovial) que se forma detrás de la rodilla.
Aclarado este punto, marché arrastrando las patas hacia la farmacia para que el Estado sepa que aun respiro y
- consecuentemente - siga abonando mi patético sueldo de jubilado.
A esta edad , y para un jubilado , ingresar a la famacia es como que te lleven al maravilloso mundo del color .
Como si fuéramos gurises, nos asombramos de la inconmensurable cartilla de colores de las estanterías .
Tamaños, formatos , tonos variados , envases ...en fin , una gloria para los ojos.
-¿ Que carajo me compro para certificar que estoy vivo y que no me salga caro ?
Comienzo a investigar , en cercanías de la caja registradora en donde una rubia me juna con cara de pocos amigos.
- Buenos días , ¿ Jabón Espadol , tenés ? -
Sin responder al saludo , dice secamente:
- Fijate ahí abajo .
Miro hacia una estantería que está a la altura de mis rodillas y veo unos quinientas cincuenta variedades de jabones de diferente marca y tamaño.
Al cabo de diez minutos encuentro lo que buscaba.
Levanto uno de los jabones que dice en su etiqueta: Espadol con exfoliante.
Miro otro: Espadol , con leche de cabra .
- ¿ El Espadol tradicional , no tenés ?
-Si no hay ahí, no tenemos - contesta con cara de orto.
" ! La puta que te parió ¡ " , pienso , en tanto tomo uno de los jaboncitos y busco el precio .
Doy dos o tres vueltas al mismo hasta hallar una etiqueta casi desgastada por el tiempo .
- ! Cincuenta y ocho pesos ¡ - digo casi en un grito que hace saltar a la rubia de la caja.
- No, no...disculpá ese precio es viejo...a ver , permitime -, y diciendo esto me quita de las manos el jabón y lo pasa rápidamente por el lector de barras .
- Son setenta y tres con cincuenta .
Me devuelve el jabón y lo arrojo prestamente hacia la estantería como si estuviera contaminado con el ébola .
-¿No tenés jabón Manuelita , Palmolive , algún Polyana o Cadum ?.
-No conozco ninguna de esas marcas , así que llevate alguno de los que hay ahí .
" - Que no vas a conocer estas marcas ! Si te habrás lavado las patas con el Gran Federal Marfil ¡ " - tuve ganas de decirle, pero contuve mis ansias y guardé una jaboncito de mierda marca Perfumes de Oriente , cuyo precio era veinticinco pesos.
Aprovechando mi estancia en la farmacia decidir recorrer las estanterías, atraído por la multiplicidad de colores .
Me llevé una bonita caja amarilla de Gasiferol , unas gotas para las flatulencias que-según la tele- te evita andar como las motitos de los wachiturros por más que te comas medio pollo con salsa de cebolla, ajo, mayonesa y mostaza.
Recordé que mi colesterol sube mes a mes ,como la inflación, así que aproveché y me llevé una cajita de color azul conteniendo treinta pastillas marca " Laparca Tespera".
Desde un cartel verde y amarillo se anuncian unas pastillas antiácidas , que "liberan el fuego de tu esófago y estómago , luego de ingestas abundantes ".
Me llevo las pastillas.
Recuerdo que el domingo , pese a quien pese ,nos manducaremos con la vasca , un rico asado , algunos chorizos , y tal vez, chinchulines, tripa gorda, riñones ,ubre y mollejas.
Decido llevarme dos cajitas del antiácido citado, marca Reflujex Controlated.
Sigo con la recorrida farmacéutica, extraviado ya entre tantos colores, marcas y soluciones mágicas.
Una caja totalmente negra con una línea amarilla brillante, llama mi atención.
La marca señala en letras brillantes: Cursiasin.
Levanto la cajita y leo en la letra chica en el reverso : Pastillas de carbón.
Me llevo una, por si acaso.
Veo mamaderas, chupetes , baberos, vasos con sorbetes , todo a precios estrafalarios .
Tuve ganas de comprarme un chupete, pues pronto será lo único que podré chupar, más desistí inmediatamente al observar que costaba trecientos veinte pesos.
Delineadores, espejos, maquillajes, esmaltes , cepillos, cepillitos, uñas postizas, arqueadores de pestañas , se mostraban ostentosamente en los mostradores de vidrio.
A los tropezones y con un caleidoscopio en mis ojos , después de ver tantos colores, llego a la caja.
Pongo sobre el mostrador mis compras.
La rubia pasa rápidamente cada elemento por el aparato electrónico que te suma sin misericordia los precios y , finalmente me dice :
- Son quinientos cuarenta y tres con veinte.
Me agarro de la balanza para no caer .
La rubia se alarma.
-¿ Te pasa algo ?...¿estás mareado?
-No, no ...quedate tranquila. Acabo de darme cuenta lo caro que me sale demostrar que sigo vivo.
- ¿Otra vez con esa mierda ?- contesto , pensando ya que tendré que ir a un supermercado de marca nacional, o a la farmacia más cercana para que el PAMI o la ANSES , o no sé quien carajo se entere de que todavía respiro y tendrán que seguir aportándome los ocho mil de sueldo.
A todos los integrantes del Fabuloso Mundo del Jubilado, les sucede lo mismo.
Se los investiga periódicamente para saber cuando uno estira la pata, espicha, clava la guampa , caga la fruta , caga p'al fisco , o tantas otras delicadas sutilezas para señalar que la parca nos ha llevado.
Es un extraño método para mi modo de ver porque investigan a los integrantes de este "grupo etario" que generalmente ganan dos pesos con cincuenta , más no se esfuerzan para nada para saber de donde los políticos sacan la guita para comprar departamentos "desde el pozo", auto de alta gama, gatos , yate, vacaciones en Orlando , trajes italianos , miles de hectáreas y otros "beneficios".
Pero , en fin, no voy a descubrir la pólvora con estos pensamientos fachos que me vienen a la mente cada dos por tres.
Saco cuentas.
¿Que me queda más cerca ?, ¿ la farmacia o el súper ?
Me decido por la farmacia que la tengo a una cuadra menos.
Ustedes dirán : " ! Qué exagerado ¡" ..." por una cuadra podría ir al súper y no habría diferencia ..."
Ocurre que a esta edad, cien metros menos evitan que nuestras desgastadas "chiquizuelas " , nos hagan sufrir por la falta de líquido sinovial.
Les recuerdo que el dolor en la parte posterior de la rodilla puede ser causado por artritis o quistes, conocidos como los quistes de Baker, los cuales son una acumulación de líquido articular (líquido sinovial) que se forma detrás de la rodilla.
Aclarado este punto, marché arrastrando las patas hacia la farmacia para que el Estado sepa que aun respiro y
- consecuentemente - siga abonando mi patético sueldo de jubilado.
A esta edad , y para un jubilado , ingresar a la famacia es como que te lleven al maravilloso mundo del color .
Como si fuéramos gurises, nos asombramos de la inconmensurable cartilla de colores de las estanterías .
Tamaños, formatos , tonos variados , envases ...en fin , una gloria para los ojos.
-¿ Que carajo me compro para certificar que estoy vivo y que no me salga caro ?
Comienzo a investigar , en cercanías de la caja registradora en donde una rubia me juna con cara de pocos amigos.
- Buenos días , ¿ Jabón Espadol , tenés ? -
Sin responder al saludo , dice secamente:
- Fijate ahí abajo .
Miro hacia una estantería que está a la altura de mis rodillas y veo unos quinientas cincuenta variedades de jabones de diferente marca y tamaño.
Al cabo de diez minutos encuentro lo que buscaba.
Levanto uno de los jabones que dice en su etiqueta: Espadol con exfoliante.
Miro otro: Espadol , con leche de cabra .
- ¿ El Espadol tradicional , no tenés ?
-Si no hay ahí, no tenemos - contesta con cara de orto.
" ! La puta que te parió ¡ " , pienso , en tanto tomo uno de los jaboncitos y busco el precio .
Doy dos o tres vueltas al mismo hasta hallar una etiqueta casi desgastada por el tiempo .
- ! Cincuenta y ocho pesos ¡ - digo casi en un grito que hace saltar a la rubia de la caja.
- No, no...disculpá ese precio es viejo...a ver , permitime -, y diciendo esto me quita de las manos el jabón y lo pasa rápidamente por el lector de barras .
- Son setenta y tres con cincuenta .
Me devuelve el jabón y lo arrojo prestamente hacia la estantería como si estuviera contaminado con el ébola .
-¿No tenés jabón Manuelita , Palmolive , algún Polyana o Cadum ?.
-No conozco ninguna de esas marcas , así que llevate alguno de los que hay ahí .
" - Que no vas a conocer estas marcas ! Si te habrás lavado las patas con el Gran Federal Marfil ¡ " - tuve ganas de decirle, pero contuve mis ansias y guardé una jaboncito de mierda marca Perfumes de Oriente , cuyo precio era veinticinco pesos.
Aprovechando mi estancia en la farmacia decidir recorrer las estanterías, atraído por la multiplicidad de colores .
Me llevé una bonita caja amarilla de Gasiferol , unas gotas para las flatulencias que-según la tele- te evita andar como las motitos de los wachiturros por más que te comas medio pollo con salsa de cebolla, ajo, mayonesa y mostaza.
Recordé que mi colesterol sube mes a mes ,como la inflación, así que aproveché y me llevé una cajita de color azul conteniendo treinta pastillas marca " Laparca Tespera".
Desde un cartel verde y amarillo se anuncian unas pastillas antiácidas , que "liberan el fuego de tu esófago y estómago , luego de ingestas abundantes ".
Me llevo las pastillas.
Recuerdo que el domingo , pese a quien pese ,nos manducaremos con la vasca , un rico asado , algunos chorizos , y tal vez, chinchulines, tripa gorda, riñones ,ubre y mollejas.
Decido llevarme dos cajitas del antiácido citado, marca Reflujex Controlated.
Sigo con la recorrida farmacéutica, extraviado ya entre tantos colores, marcas y soluciones mágicas.
Una caja totalmente negra con una línea amarilla brillante, llama mi atención.
La marca señala en letras brillantes: Cursiasin.
Levanto la cajita y leo en la letra chica en el reverso : Pastillas de carbón.
Me llevo una, por si acaso.
Veo mamaderas, chupetes , baberos, vasos con sorbetes , todo a precios estrafalarios .
Tuve ganas de comprarme un chupete, pues pronto será lo único que podré chupar, más desistí inmediatamente al observar que costaba trecientos veinte pesos.
Delineadores, espejos, maquillajes, esmaltes , cepillos, cepillitos, uñas postizas, arqueadores de pestañas , se mostraban ostentosamente en los mostradores de vidrio.
A los tropezones y con un caleidoscopio en mis ojos , después de ver tantos colores, llego a la caja.
Pongo sobre el mostrador mis compras.
La rubia pasa rápidamente cada elemento por el aparato electrónico que te suma sin misericordia los precios y , finalmente me dice :
- Son quinientos cuarenta y tres con veinte.
Me agarro de la balanza para no caer .
La rubia se alarma.
-¿ Te pasa algo ?...¿estás mareado?
-No, no ...quedate tranquila. Acabo de darme cuenta lo caro que me sale demostrar que sigo vivo.
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