Noche de amor

Anoche hice el amor con mi mujer.
Antes de consumar "la porquería " , me cercioré de que ninguna cámara espía estuviera registrando mis sensuales movimientos en la cama , o cuando nos mirábamos en el espejo del techo.
Si, tenemos un espejo en el techo de la habitación.
Mi mujer me insistió tanto al respecto ,que un día me decidí y traje la escalera.
Subí peldaño a peldaño en tanto me temblaban las tabas y la planta de los pies se me acalambraba por la trepada.
En el piso, mi esposa esperaba, espejo en mano, a que yo terminara de colocar los cuatro pitones en los cuales iría sujeto el adminículo.
Les diré que no es cosa fácil estar allá arriba, mantener el equilibrio , aguantar las indicaciones de tu media naranja que te está cagando a pedos y -trascartón- tener que enroscar los sostenes en la madera .
Me sentía como un político primerizo.
Tembloroso, con miedo a caerme, escuchando frases entrecortadas, traspirando como violinista con paperas....
Pero me dije para mí mismo. " si estos hijos de puta se sostienen ¿ cómo no lo voy a hacer yo? "
Y así terminé de enroscar los pitones.
Allá abajo ( a cada momento que pasaba me parecía estar más lejos del suelo ), el espejo se balanceaba en las manos de mi esposa en tanto el ruido de las cadenitas que pendían de las cuatro esquinas producían un sonido hipnótico.
Tal vez a causa de ello, casi me voy de cabeza , aunque me alcancé a tomar de una de las vigas de madera cual gato haciendo malabares por el aire.
- ! Raúl, mirá si te caes de nuevo ¡ - escuché que me gritaban desde abajo mientras yo me balanceaba como un acróbata del Cirque du Soleil.
Esa apreciación fue para recordarme ( ! cuando no ¡) mi estrepitosa caída desde las alturas al romperse una hermosa escalera construida con tablas de eucalipto en estado calamitoso mientras trataba yo descender de luego de haber colocado la tapa del tanque de agua que el plomero había olvidado en el piso.
Aunque esto sucedió hace ya mucho tiempo , Liliana no pierde ocasión de recordármelo.
Finalmente alcancé a tomar el espejo entre mis manos, apretar con las rodillas ambos costado de la escalera tijera trepar un escalón más para trabajar más cómodo y colgar de cada uno de los pitones, el maldito espejo.
- ! Ay , papi, quedó hermoso ¡ - escuché que decía ella en tanto yo trataba de dar vuelta una gamba sobre la cúspide de la escalera para iniciar el descenso.
Por entonces, ya tenía acalambrado el dedo meñique del pié izquierdo , las manos agarrotadas sobre la parte superior de la escalera , un dolor en la espalda y el cuello y un mareo en ciernes, por lo que opté por lo más directo: me arrojé hacia el colchón salvador desde la altura.
Reboté contra los mullidos resortes y casi hago mierda el espejo con la cabeza en esa acción.
Liliana corrió hacia la cama, pero no para ver si yo estaba bien después del vuelo libre, sino para acostarse boca arriba y mirarse en el espejo recién colocado.
- ! Quedó hermoso ¡- señaló sonriente , mientras yo trataba de quitarme los calambres colocándome en posiciones insólitas para tratar de ejercer el estiramiento de los músculos agarrotados.
Esa noche , mi amada esposa se colocó su lencería "hot" que se disimulaba hasta casi desaparecer entre su pulposa humanidad y yo lucía un calzoncillo negro con inscripciones y dibujos chinos con dragones y palacetes de techos a cuatro aguas.
Claro que mi buzarda ocultaba la mayoría de los hermosos diseños , por lo que pensé : " Por qué mierda no nos acostamos en bolas directamente " ...
Así que comenzamos los juegos previos....primero una escoba de quince , poco más tarde, un chinchón , hasta que me dí cuenta de que mi mujer miraba mis cartas a través del espejo y me ganaba todas las manos.
Ahí fue cuando recordé el porqué del espejo en el techo y pusimos manos a la obra.
Todo fue muy lindo, salvo que ella a cada momento quería observarse en el espejo y asomaba su cabeza por los costados a cada instante , lo que me provocaba cierta molestia a mí , que en ese momento era el que llevaba la parte más pesada de la tarea.
Una hora y media más tarde, culminado el acto ( !!! ah , campeón ¡¡¡¡) quedamos ambos extenuados , con la vestimenta "hot" diseminada en nuestro derredor , el espejo balanceándose suavemente por sobre nuestros cuerpos y los ronquidos provocados por el deber cumplido.
En el Fabuloso Mundo del Jubilado, los viejos también hacemos el amor.
Dedicado al presidente Macri .
O a Macri Gato.
O al Mauri.
Sí, señor...los abuelos "somos tremendos".
A pesar de los pesares, todavía cogemos.

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