Hechiceros y magos
En la simbología judeo cristiana, el siete ocupa un lugar de
privilegio: desde el primer libro del Antiguo Testamento ( Génesis)
hasta el último del Nuevo (Apocalipsis ) es el número más evocado . Solo
en la Revelación de San Juan aparece 55 veces. Claro
que en los últimos tiempos de ideario kirchnerista, el 7 ha aparecido
156.784 veces en el último año...nadie podrá decirme que no es un número
mágico.
El yoghi Kharishanda afirmaba con razón: "El número siete aparece, y no por capricho, sino por razones ocultas (...) Algo ha de tener escondido cuando tanto y tanto se repite por doquier".
!! Ah pillines ...¡¡ conque esas se traían bajo el poncho...no es por el capricho de nombrarlo al siete sino " por las razones ocultas"...
Son siete los días de la semana, las notas musicales y los colores del prisma; siete las artes y las maravillas del mundo. Y además, ! oh casualidad ¡, también son siete los integrantes de la Corte Suprema. Nadie podrá negar lo cabalísggico de este número mágico que tiene embelesados a los argentinos...bah, a los que están al pedo y que por estos días pululan antes las cajas de pago para recibir sus emolumentos por Planes Mágicos Descansar Todo el Año.
En la antigüedad se creía que los números poseían poder aparte de su calidad aritmética : "El número gobierna las formas y las ideas y es la causa de los dioses y de los demonios", aseguraba Pitágoras. Esto fue tomado a pié juntillas por el Sublime Maese Moreno, quien desde la Mágica Casa De los Números del INDEC, nos indica a diario que ppodemos comer con seis pesos y que la inflación es del 0.7 por ciento ( ! Otra vez el siete ...¡).
Para los teósofos, en cambio, el 7 es el número del universo, pues creen que los ciclos cósmicos están gobernados por los siete rayos por los que fluye todo lo que existe bajo el Sol. Helena Blavatsky, su mayor exponente, planteó la constitución septenaria del hombre, cuyos siete cuerpos son: Sthula Sharira, Linga Sharira, Kama Rupa, Kama Manas, Manas, Buddhi y Atma.
Aquí , en estos lares , nuestros teosofos nativos quisieron plantear la constitución eptenaria , pero siete Metrodelegados del subte de la linea Constitución- Retiro no apoyaron la moción por encontrse de paro desde hace 7 días.
Entre los judíos, la fiesta de las cosechas se hace siete semanas después de la primavera . Aquí en cambio, la fiesta es todo el año, y en particular en el Congreso en donde mágicamente, todos cosechan.
Pero nadie podrá negar que pertenecemos a un país mágico. Tuvimos un mago que quería llegar en un cohete hasta la estratósfera, hacerlo rebotar en la ionósfera navegar luego en los campos magnéticos de la tropósfera para llegar en cinco minutos a cualquier lugar del orbe.
Retirado el Gran Mago Menemerlin agobiado por su falta de memoria y dedicado a contar los dinerillos mágicamente acumulados, dióle paso al Supremo Mago Kirchnerlín , un duende aparecido en los bellos lagos del sur en donde debido a la Mágica Ley 1050 atesoró cofres y más cofres amenazando a todo aquel mortal que no se sometiera a sus Celestiales Designios . Así fue como hermosas casitas de los Peques patagónicos fueron a engrosar el Mágico Capital de Kirchnerlín, que ya por entonces era conocido mundialmente como el Gran Mago Totuer.
En Él se hizo carne una idea maravillosa: la creación de un Mágico Tren Bala que nos trasladaría a los simples mortales a 500 kilómetros por hora a cualquier destino de nuestro bienamado país.
Y entonces recorrió sus vastos territorios pregonando esta maravillosa idea. Los Aspirante a Magos Menores ( todos cobraban su sueldo de aspirantes aunque nunca salían de su casa salvo convocatoria de Él ) aplaudían sonrientes mientras comían choripanes calentitos . Pero un día el Gran Mago Totuer decidió alejarse para siempre, no sin antes haber depositado algunos dólares en una cuenta de Suiza, por si acaso.
Era entonces el turno de la Gran Hechicera Crisfer quien apeló a la ayuda incondicional de la Corte de los Bufones encabezada por Maese Bigote y a quien secundaban el Bufón Vudú , quien elaboraba elixires mágicos en varias dependencias del Reino llegando incluso a tener varios muñecos colgados con alfileres clavados en distintas partes del cuerpo y en cada uno los nombres de sus enemigos acérrimos. Otros bufones oficiaban de poetas escribiendo tristes versos escatológicos que eran aplaudidos sin cesar por los Enanos Sin Cerebro, que era una tribu mayoritaria de la Tierra de los Bufones. Todo el Reino estaba protegido por el Juez Mayor Granoyo quien mandaba a decapitar a los insurrectos siempre y cuando no fueran altos, rubios y de ojos celestes . De ser así los enviaba rápidamente a su Reserva Natural de la Corte de donde cada semana sacaba a uno para comérselo.
Al observar la Gran Hechicera que no todos los lacayos cabeceaban y sonreían como estúpidos al escuchar sus Recetas Mágicas, decidió acudir nuevamente a la magia de los números y decidió que todo debía cambiar a partir del Número Mágico: el 7 .
Y aquí estamos, todos en el Reino aguardando las horas que se avecinan mientras hierve el caldero y los ingredientes se mezclan apresuradamente para que lo bebamos todos.
El yoghi Kharishanda afirmaba con razón: "El número siete aparece, y no por capricho, sino por razones ocultas (...) Algo ha de tener escondido cuando tanto y tanto se repite por doquier".
!! Ah pillines ...¡¡ conque esas se traían bajo el poncho...no es por el capricho de nombrarlo al siete sino " por las razones ocultas"...
Son siete los días de la semana, las notas musicales y los colores del prisma; siete las artes y las maravillas del mundo. Y además, ! oh casualidad ¡, también son siete los integrantes de la Corte Suprema. Nadie podrá negar lo cabalísggico de este número mágico que tiene embelesados a los argentinos...bah, a los que están al pedo y que por estos días pululan antes las cajas de pago para recibir sus emolumentos por Planes Mágicos Descansar Todo el Año.
En la antigüedad se creía que los números poseían poder aparte de su calidad aritmética : "El número gobierna las formas y las ideas y es la causa de los dioses y de los demonios", aseguraba Pitágoras. Esto fue tomado a pié juntillas por el Sublime Maese Moreno, quien desde la Mágica Casa De los Números del INDEC, nos indica a diario que ppodemos comer con seis pesos y que la inflación es del 0.7 por ciento ( ! Otra vez el siete ...¡).
Para los teósofos, en cambio, el 7 es el número del universo, pues creen que los ciclos cósmicos están gobernados por los siete rayos por los que fluye todo lo que existe bajo el Sol. Helena Blavatsky, su mayor exponente, planteó la constitución septenaria del hombre, cuyos siete cuerpos son: Sthula Sharira, Linga Sharira, Kama Rupa, Kama Manas, Manas, Buddhi y Atma.
Aquí , en estos lares , nuestros teosofos nativos quisieron plantear la constitución eptenaria , pero siete Metrodelegados del subte de la linea Constitución- Retiro no apoyaron la moción por encontrse de paro desde hace 7 días.
Entre los judíos, la fiesta de las cosechas se hace siete semanas después de la primavera . Aquí en cambio, la fiesta es todo el año, y en particular en el Congreso en donde mágicamente, todos cosechan.
Pero nadie podrá negar que pertenecemos a un país mágico. Tuvimos un mago que quería llegar en un cohete hasta la estratósfera, hacerlo rebotar en la ionósfera navegar luego en los campos magnéticos de la tropósfera para llegar en cinco minutos a cualquier lugar del orbe.
Retirado el Gran Mago Menemerlin agobiado por su falta de memoria y dedicado a contar los dinerillos mágicamente acumulados, dióle paso al Supremo Mago Kirchnerlín , un duende aparecido en los bellos lagos del sur en donde debido a la Mágica Ley 1050 atesoró cofres y más cofres amenazando a todo aquel mortal que no se sometiera a sus Celestiales Designios . Así fue como hermosas casitas de los Peques patagónicos fueron a engrosar el Mágico Capital de Kirchnerlín, que ya por entonces era conocido mundialmente como el Gran Mago Totuer.
En Él se hizo carne una idea maravillosa: la creación de un Mágico Tren Bala que nos trasladaría a los simples mortales a 500 kilómetros por hora a cualquier destino de nuestro bienamado país.
Y entonces recorrió sus vastos territorios pregonando esta maravillosa idea. Los Aspirante a Magos Menores ( todos cobraban su sueldo de aspirantes aunque nunca salían de su casa salvo convocatoria de Él ) aplaudían sonrientes mientras comían choripanes calentitos . Pero un día el Gran Mago Totuer decidió alejarse para siempre, no sin antes haber depositado algunos dólares en una cuenta de Suiza, por si acaso.
Era entonces el turno de la Gran Hechicera Crisfer quien apeló a la ayuda incondicional de la Corte de los Bufones encabezada por Maese Bigote y a quien secundaban el Bufón Vudú , quien elaboraba elixires mágicos en varias dependencias del Reino llegando incluso a tener varios muñecos colgados con alfileres clavados en distintas partes del cuerpo y en cada uno los nombres de sus enemigos acérrimos. Otros bufones oficiaban de poetas escribiendo tristes versos escatológicos que eran aplaudidos sin cesar por los Enanos Sin Cerebro, que era una tribu mayoritaria de la Tierra de los Bufones. Todo el Reino estaba protegido por el Juez Mayor Granoyo quien mandaba a decapitar a los insurrectos siempre y cuando no fueran altos, rubios y de ojos celestes . De ser así los enviaba rápidamente a su Reserva Natural de la Corte de donde cada semana sacaba a uno para comérselo.
Al observar la Gran Hechicera que no todos los lacayos cabeceaban y sonreían como estúpidos al escuchar sus Recetas Mágicas, decidió acudir nuevamente a la magia de los números y decidió que todo debía cambiar a partir del Número Mágico: el 7 .
Y aquí estamos, todos en el Reino aguardando las horas que se avecinan mientras hierve el caldero y los ingredientes se mezclan apresuradamente para que lo bebamos todos.
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