El mèdico de cabecera
Ahora tengo nuevo médico de cabecera.
La primera vez me cambiaron de manera inconsulta , luego peleé con la secretaria del médico y me fui por mi propia voluntad .
La
cuestión es que ahora debí acudir al tercer facultativo de la lista
quien me atendió entre un despelote de cajas con medicamentos que
ocupaban un tercio
del consultorio , una netbook sobre el escritorio, papeles, recetarios,
obsequios de visitadores médicos y objetos de distinto tenor.
Comenzó de inmediato con el interrogatorio que todo médico efectúa en la primera visita .
-Bueno, don Álvarez , cuénteme que le pasa.
Le describí mis pesares de salud mientras el anotaba meticulosamente en su computadora lo que yo le iba describiendo.
Acabado
el interrogatorio , me hizo sentar en una camilla y acudió a su
estetoscopio y un tensiómetro para verificar mi presión sanguínea.
-
Al parecer todo está bien-, manifestó , al tiempo que colocaba en un
dedo de mi mano ,otro aparatejo destinado a la observación del número de
pulsaciones
.
-
Todo normal-, agregó. - Te haremos un chequeo general para ver como
está todo ( ahí ya me tuteó ) , las pastillas de la presión hay que
seguir tomándolas,
al igual que las del colesterol y las de la tiroides.
- Pero ando medio mareado estos días y por momentos me falta el aire -, le digo compungido.
-No
me da ni cinco de bola y me señala que tengo que hacerme ocho análisis
que desdoblará en dos partes para que no me cobren nada, pues de no ser
así deberé
abonar algunos .
- Mientras no tenga que pagar , me lo podés hacer en veinticuatro veces -, le respondo.
Esboza una sonrisa de compromiso y me anota los primeros cuatro estudios.
-Te
voy a mandar al sanatorio para que te hagan una placa para ver el
estado de tus pulmones. Pero te voy a poner que tenés una pulmonía para
que te la
hagan de inmediato, porque si no, te la van a hacer recién dentro de
veinticinco o treinta días.
Estoy
tentado de manifestar que ya estoy acostumbrado a esas largas esperas,
pero como de esa manera tendré rápido mis análisis y estudios no abrí la
boca.
-Te agrego algunos ítems en el análisis de sangre ,que vamos a completar en la próxima visita.¿Si?.
Así que ayer marché hacia el sanatorio a realizarme la placa.
Antes de partir , le digo a Liliana:
-Si me llegan a querer cobrar , los mando a la mierda y me vuelvo a casa.
-! Raúl, por favor ! -, dice ella.
-Está bien , mi amor...soportaré lo que sea y aguantaré todo , mientras no me pidan plata...
-¿ A que hora tenés el turno ?
- ! Que se yo ¡ ... me parece que era como a las seis .
-¿ Pero como no te vas a acordar del horario ?.
-¿Acaso
vos te acordaste hace un rato de donde habías dejado los anteojos , los
buscaste como media hora y los tenías colgado del cuello ?
Ante
tan irrefutable prueba , no tuvo más que meter violín en bolsa y
callarse la boca en tanto yo emprendía la marcha rumbo a mi destino.
Arribado
al lugar , ingresé al mismo trasponiendo dos puertas y adivinando por
donde debería seguir en el laberinto de pasillos, puertas, carteles,
flechas
, cámaras de seguridad y luces tenues.
Tras varias idas y retornos hallé el camino correcto y llegué hasta el lugar buscado.
Me atendió una flaca a través de un vidrio que cubría casi totalmente la ventana tras la cual estaba sentada.
Quedaba
solamente un pequeño espacio de unos tres centímetros de altura por el
que pasaban , a duras penas un papel y una lapicera.
-Vengo a hacerme una placa. Creo que tenía turno como a las seis y cuarto.
Del otro lado me llega la respuesta de la flaca, inaudible por el vidrio de mierda que no me dejaba escuchar nada.
-¿
Me podés repetir, por favor ? - , le digo mientras apoyo la cara contra
la tabla para poder escuchar por la hendija del vidrio.
-Que me alcance la orden -, me dice la flaca con cara de orto.
Le doy el papel, lo mira minuciosamente y luego de aplicarle un sello , me lo vuelve a alcanzar.
-Firma, aclaración, número de documento.
Pongo
mi firma , la aclaración y mi número de documento. Todo con letra de
imprenta y números dibujados miles de veces en los viejos cuadernillos
de caligrafía
técnica de antaño.
Se lo devuelvo a la flaca , que me dice:
-Tome asiento ya lo van a llamar.
Voy hasta el sector de las sillas (cuatro o cinco en total ) y me siento, esperando que me llamen rápidamente.
Transcurren
los minutos, y no sucede nada. Por las dudas apago mi teléfono, no vaya
a ser que se me de por mirar algún mensaje del WhatsApp y en lo que
parece un inocente envío , se escuche de pronto y a todo volumen los ya
consabidos gemidos enviados hasta el hartazgo por mis cultos amigos.
Espero otros minutos y , de pronto, escucho una conversación y el ruido de una camilla que se aproxima veloz .
La
ancha puerta de doble hoja se abre de repente , o mejor dicho, solo una
de sus hojas lo hace y cuatro o cinco personas aparecen en torno a una
camilla
que traslada el voluminoso cuerpo de una persona . No alcanzo a
distinguir si es un hombre o una mujer . Solo me doy cuenta de que está
bien alimentado , ante la pronunciada elevación de su estómago .
Uno de los camilleros intenta vanamente abrir la hoja de la puerta trabada , pero es en vano.
De
manera que arremeten por el único portal abierto y la camilla pasa a
duras penas , y luego es ingresada al sector de radiología.
A
los pocos minutos escucho una suerte de alarido , parecido al de Tarzán
cuando quedó colgado de las bolas en una liana, por lo que me doy
cuenta de que
el ingresado en la camilla es un varón .
Oigo
voces y , enseguida, un largo quejido . Pareciera que están colocando
en posición al paciente y de repente se escucha un ruido sordo y un
grito de
dolor.
"- Me parece que se les cayó el gordo ", pienso , mientras ya me dan ganas de salir rajando.
Continúan
los ruidos , voces que llegan en sordina a través de la puerta .
Pareciera que están acomodando a la víctima. Finalmente , un silencio
prolongado
y , de repente , vuelven a escucharse conversaciones animadas, los
ayes de dolor , y algunas risas disimuladas.
Aparentemente,
se ha terminado la sesión de tortura para el gordo . Se abre la puerta y
aparece una enfermera caminando hacia atrás y tironeando la camilla
. Se estrella el culo contra un aparato de rayos que ha quedado en el
pasillo , el que tambalea peligrosamente ante la indiferencia de la
camillera que no se percata de la situación y continúa maniobrando hasta
que logra , ella y sus compañeros , sacar la
camilla y su quejoso tripulante perdiéndose luego en el laberinto de
los pasillos.
Pocos segundos más y escucho...
-! Álvarez ¡...
Salgo
de inmediato rumbo al sector de rayos y me recibe un flaco al que había
visto empujando la camilla del dogor unos minutos antes.
Al parecer, es el radiólogo.
Me recibe con un saludo y me tiende su mano.
No alcanzo a apretarla siquiera, ya que se escurre entre la mía como si fuera un pez recién sacado del agua.
Veo
una especie de cama larga en donde seguramente colocaron al gordo
quejoso. En el piso, me parece observar dos incisivos clavados contra la
goma.
-Quítese la campera don Álvarez .Puede usar el cambiador si quiere .
"¿- Este creerá que tengo pudor ? ", pienso .
Dejo
la campera en una silla que está detrás de la cortina de los pudorosos y
también me saco la camisa , acometo para sacar mi remera , pero el
flaco dice:
-No es necesario , así está bien. Pase y colóquese aquí.
Me ubica entonces frente al cuadrado marcado con varias cruces levanta un poco el mismo y luego manifiesta:
- Cruce los bracitos y agarre la madera -
"-Cagamos- ", pienso ..." ya comenzamos con los diminutivos "
-¿Por qué tiene que hacerse la placa ? , interroga el flaco.
-Pulmonía doble -, le digo
Es como si le hubiera dicho " Porque ando con diarrea "
El flaco termina de acomodarme " los bracitos ", ingresa al búnker y me somete al baño de rayos X .
Pocos segundos más tarde aparece y me señala :
- Bueno, ya está .
Doy las hurras , me pongo la camisa,la campera y me marcho silbando bajito.
A
propósito: ¿ sabían ustedes que el treinta por cientos de estos
estudios radiológicos son innecesarios ? la radiación de esta
intervención
equivale a tres días de radiación ambiental. Y así vamos sumando a lo
largo de nuestra existencia , debemos ser cuidadosos.Me marcho rumbo a
mi casa , pensando en el negocio inmisericorde de la salud.
Como señala don José Larralde;
"- Naides mezquina salmuera,cuando es de otro cuero el tajo...".
Y así es también en el fabuloso mundo del jubilado.
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