Carnè de conductor




Corre el mes de julio . Mi bienamada esposa recuèrdame una vez màs que debo concurrir al municipio a renover el carnè de conductor, cosa que no me afectarìa en lo màs mìnimo si no tuviera que garpar para que me otorguen mi preciada licencia.
Sucede que cuando pasàs la barrera de los sesenta, aparte de no tener retorno en tu existencia de vejestorio, el erario se encarga de birlarte cada dos años, una suma para la renovaciòn del maldito plàstico y cada año, cuando llegue la fecha de tu nacimiento , tambìèn deberàs abonar el cànon correspondiente.
Pero yo hace rato que pasè los sesenta , de manera que a partir de este momento, año tras año deberè extraer de la faltriquera una suma que aumenta paulatinamente a medida que transcurre el tiempo porque ademàs , por pertenecer al privilegiado mundo del jubilado , se acortan los plazos para las revisaciones y pagos y ahora los deberè efectuar, indefectiblemente - cada 365 dìas a partir de mi cumpleaños.
Ya resignado ante lo inveitable, acometì la gèlida mañana, cortada por un viento helado del sector sur-oeste , lo que antaño se denominaba "el pampero"·.
Me fui temprano , alrededor de las 08.30 ( aclaremos que es temprano para los sacrificados empleados municipales, no para nosotros, "la gente de a pie " , como les gusta decir a nuestros polìticos mutantes.
Con la esperanza de encontrar a pocas personas hice mi ingreso triunfal al sector en donde a diario se libera la batalla para lograr ingresar al mundo de los conductores o -en mi caso- tratar de continuar en el mismo.
Todo mi optimismo se derrumbò en un segundo cuando, al abrir la puerta , me topè con unas 25 personas amontonadas en un espacio reducido parodiando a Messi cuando traslada el balòn de medio campo hacia adelante.
Me recibiò un tufo espeso y caliente, producto de los 38 grados del acondicionador de aire y los vahos de cada uno de los presentes que eran una mezcla de Old Spice, Carolina Herrera, jabòn Espadol, Gran Federal Marfil ,Black Opium , Armani Code Men,Polyana de Lujo y otras beldades, amèn de alguna reminiscencia a Sobatkinson de tres dìas de arrastre.
Superado el mal trance , pensè : " la gran atracciòn està en el aire " y acto seguido manifestè a viva voz:
- ! Buenos dìas ¡
Nadie se dio por enterado de mi ingreso, ni - por supuesto- tampoco contestò al saludo .
Pero acostumbrado a estas lides de mala eduaciòn, decidì continuar con mi cometido. Busquè entonces afanosamente el lugar en donde habitualmente se extraìan los nùmeros para ser atendidos.
No existìa màs. Era por orden de llegada, lo que ocasionò de inmediato que me pusiera en guardia pues enseguida nomàs , un veterano quiso hacerse el listo ingresando a la fila y -haciendose el Parrilli- quìsome birlar un lugar.
Le toquè el hombro con fuerza dos en la escala de Richter y apoyàndole mi boca en su oreja, le manifestè con voz grave.
-Yo estaba antes que vos, querido...!Correte ¡
Ràpidamente volviò a ocupar su lugar observàndome con cara de odio, pero sin pronunciar palaba.
Poco despuès tocòme el turno correspondiente y acudì presuroso hacia una de las dos fèminas que con accionar cansino, llenaban formularios , colocaban un nùmero en el margen superior izquierdo y decìan luego;
-El siguienteee...
El siguiente, en este caso era yo quien manifestè que deseaba, con la anuencia de su señorìa, acudir a sus hàbiles saberes para lograr la renovaciòn del carnè.
Sin mirarme , me tendiò la mano con un formulario , señalando:
- Llènelo con sus datos .
Agarrè la papeleta y comencè a llenar los espacios vacìos.
Apellido,nombre, fecha de nacimiento, lugar, provincia , edad , domicilio actual.
En la continuidad del formulario, las consabidas preguntas y sus opciones.
¿Es ciego?
Si -No -A veces
¿Es sordo ?
Si - No - A veces
¿Usa anteojos ?
Si - No - A veces
¿Es Adicto ?
Si - No - A veces
¿Sufre taquicardia?
Si - No - A veces
¿Sabe conducir ?
Si - No - A veces
¿Toma algo para dormir ?
Vino- Cerveza - Wisky
¿Hace mucho que conduce ?
Un dìa- Una semana - Nunca
Y asì varios acertijos que atinè a tachar en el casillero correspondiente. Puse la fecha de hoy, firmè y entreguè el papel a la empleada.
Colocò el nùmero ocho en el margen superior izquierdo y señalò:
- Ya lo va a llamar el doctor.
En la puerta del consultorio un cartel rezaba:
" Los menores deberàn ingresar al doctor acompañados por su madre ".
Busquè por todos lados pero no encontrè a la madre del doctor, lo que no me preocupò demasiado ya que yo no soy menor.
De repente se escuchò una voz queda:
- El uno...
De inmediato se levantò un jovato que entrò a los tropezones y saliò a los treinta segundos.
-El dos...
Una flaca acompañada de un joven, ingresò con una sonrisa Odol en el aire y saliò luego de cuatro minutos.
-El tres...
Asì fueron transcurriendo los solicitantes de carnè uno tras otros, hasta que escuchè decir:
-El ocho...
Estuve tentado de decir " el culo te abrocho " pero contuve mi abominable intenciòn.
- Buenos dìas ¿ como estàs ? , preguntè como para romper el hielo
-Bien ¿ y vos? contestò el joven galeno quien debiò abandonar el bolìgrafo ya que le tendì la mano para saludar y no le quedò otra que estrechar mi diestra.
No me disgustò su saludo ya que lo hizo con mano firme y con fuerza.
Tomò el papel que yo le entreguè, lo recorriò con la mirada por una diezmilèsima de segundo y preguntò:
- ¿Estuviste internado ùltimamente ?
-No, para nada
-¿ Tomàs algo para dormir ?
-No
-¿Tomàs algùn medicamento ?
-Una pastilla para la tiroides
-Bien, perfecto.
-¿Esos lentes son recetados ?
-Sì
-¿Me los permitìs un momento ?
-Como no- , respondo- Me quito los lentes, se los alcanzo y de inmediato comienzo a ver en 3D , vale decir varios mèdicos sentados en varias sillas detras de varios escritorios, cosa que desapareciò ni bien el doctor me restituyò mis gafas.
-Son multifocales- me señalò
-Sì...¿ como te diste cuenta ? - le respondì , mientras pensaba "! Que bicho que sos, vieja ¡ ..."
-Bueno, todo listo - dijo , y yo le volvì a tender la mano para saludarlo.
-Gracias, hasta luego
Salì del consultorio y fui a entregarle los papeles firmados por el doctor a la empleada.
- Muy bien. Puede retirarlo esta tarde de dos a seis .
-Gracias , hasta luego.
Y asì me volvì para mi casa, a tiempo para darle de comer a mis mastines y lavar la cacerola en la que a la tarde debìa volver a la ceremonia de la cocina perruna.
-No te olvides que a las dos tenemos que ir a armar los puestos en la feria- , me recordò Liliana, de manera que le dije que aprovechando el viaje , pasarìamos por el municipio a retirar el carnè renovado .
Marchamos en el auto, cargando tambièn a Emma que iba en busca de su madre para volver las dos a las cuatro y media de la tarde para su hogar.
Antes, detuve el mòvil frente al muncipio, diciendo:
-Aguàrdenme unos minutos que ya vuelvo .
Ingresè al mismo recinto de la mañana no sin antes saludar a las dos empleadas que estaban atendiendo a hora temprana, pero ahora en el patio, tomando sol y mirando un video en el celular.
En el interior de la oficina, tapado de papeles, carnès , fotos, sellos , fotocopiadoras , lapiceras y adminìculos varios , un empleado preguntò:
-¿ Si ?
-Vengo a retirar mi carnè de conductor .
-¿ Apellido ?
-Àlvarez -, respondo
Toma de la pila existente el primero y me lo tiende
Miro la foto .
Nada que ver . No soy yo.
Es Àlvarez, pero otro Àlvarez. El tipo ni siquiera me preguntò el nombre y mirò ùnicamente el apellido. Leyò Àlvarez y me lo entregò .
Se lo devuelvo de inmediato dicièndole:
-No es el mìo
-! Pero es Àlvarez ¡ , me responde
-¡No me digas ! ...¿ No sabès que los Àlvarez somos como los Pèrez , Fernandez, Garcìa ?...somos miles con el mismo apellido.
El tipo revuelve entre los papeles , desacomoda la pila en una bùsqueda infructuosa.
-Usted no se hizo el control mèdico
-! Querido, soy Àlvarez pero no soy pelotudo ¡ ...esta mañana estuve en este mismo lugar y el doctor me hizo una resonancia magnètica porque no podìa creer lo bien que estaba, ademàs me invitò a que donara sangre para todos los boludos que pierden las cosas en virtud de su falta de irrigaciòn al cerebro...
El tipo quedò paralizado por un momento y solo atinò a llamar a una de las dos empleadas que tomaban sol y se divertìan con los videos de sus celulares.
Llegò la que me habìa atendido en la mañana con cara de pocos amigos por haberle interrumpido su siesta solariega.
-Sì...¿que pasa ?
-El señor vino a buscar el carnè pero no està, no lo encuentro
-! Y te olvidaste de hacerlo Baldovino....¡
-Señor, va a tener que volver el mièrcoles , porque ahora ya no hay tiempo y este es un fin de semana largo.
Sentì la tentaciòn de meterle los dedos en los ojos a ambos, pero temì ser acusado de violencia de gènero y agresiòn a un empleado pùblico.
Suspirè hondo, dì media vuelta y me marchè rumbo a mi automòvil en donde me esperaban con cara de ojete mi señora y mi nieta.
! Ufa ¡ ! Por fin ¡....podìas haber tardado otro poco , me dijo mi esposa.
-Abuelo ¿ estabas cebando mate a las empleadas? , señalò mi nieta.
En silencio, sin mediar palabra ,puse en marcha al automòvil y marchè rumbo a lo desconocido .
No todo es diversiòn en el Fabuloso Mundo del Jubilado.

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