El Fabuloso Mundo del Jubilado
Como estoy habituado a una larga vida de trabajo, en horarios mañaneros , disfrutando mate y micrófono, ahora ya en el jubileo, continúo con esa inveterada costumbre.
A las seis de la mañana desperté con el canto de las chicharras anunciando el rigor de la canicula.
Mi esposa duerme a pata suelta y yo aprovecho esos momentos para regar el patio, escuchar el canto de los horneros, los gorriones, las tacuaras, y otros cuantos pájaros nativos.
Pongo la caldera ( pava, en entrerriano básico) sobre la llama ya encendida en la cocina y le pongo la yerba al mate, apretando bien en donde dentro de algunos minutos, introduciré la bombilla.
Les recuerdo que apenas el agua comience a calentarse , hay que ir suministrando poco a poco el líquido elemento al sector descripto anteriormente.
Esta acción se acomete al solo fin de no quemar la yerba ,ni que la misma quede demasiado amarga en el principio de la cebadura.
Tras culminar los preparativos, voy hacia donde descansa mi querida compañera y la despierto con una caricia, al tiempo que depositó el regalo del mate mañanero.
Ella, ni bien abre sus ojos, recibe mi obsequio con una sonrisa radiante y me formula , ipso facto , su consabido interrogante:
-¿ Qué comemos hoy ?
- ! Pero por favor, mi amor ! ¿ No podes preguntar...qué se yo.... si hace calor, si llueve, si está nublado...? ! Noooo, lo primero que se le viene a la mente es preguntar qué vamos a comer hoy....!
- Bueno, yo pregunto nada más, no es para que te pongas así- , me contesta casi haciendo pucheros. Y entonces me da el pie justo para contestar sin ambages :
- ! Puchero, comamos puchero !
- ¿ Te parece?¿ Con este calor ?
Le alcanzo otro mate , en tanto se despereza con lentitud , y le contestó la consabida frase aprendida en cuarenta y cinco años de matrimonio :
- Bueno hace lo que quieras.
- Entonces vas a tener que ir a la carnicería para traer un poco de carne picada y unas tapas para empanadas.
-¡ No me digas que vamos a comer empanadas ! - digo haciéndome el guacho pistola.
- Raul, deja de hacerte el boludo y anda ahora que es temprano y no anda gente.
Rezongando para mis adentros voy en busca de una bolsa para transportar el encargue , cosa que las viejas chusmas del barrio no se enteren de lo que llevo. Y además, para demostrar mi condición de anciano, que no puede ir ni a comprar una tableta de aspirinas si no lleva su correspondiente bolsa .
salgo entonces presuroso rumbo a la carnicería, la que en realidad es una suerte de carnicería, almacén, verdulería, farmacia , y propaladora de los últimos chimentos del barrio ,comentados a viva voz mientras esperan en la cola de ingreso, ya que en virtud del coronavirus no se permite entrar a más de cuatro personas, de forma tal que una vez que ingresaron las primeras cuatro,esperamos pacientemente a que salga una para que pueda ingresar la siguiente.
Cuando llego, ya hay más de diez personas aguardando la orden de partida.
La fila es bastante larga porque se mantiene el espacio necesario para que el virus no te alcance en su vuelo de contagio y caiga entonces,por su propio peso hasta el suelo en donde puede ser eliminado a pisotones o alpargatazos.
Las viejas, separadas por la necesidad , no tienen más remedio que hablar a los gritos para que sus colegas no pierdan detalle.
- Che,Marta - señala una vieja con barbijo que le cubre únicamente la boca. - ¿ Qué pasó anoche en la casa de los García que había tanto quilombo?
Y ahí “ la Marta” se despacha con una perorata con lujo de detalles acerca de lo acontecido, parloteando casi sin respirar por espacio de unos tres minutos.
” Está vieja no muere de coronavirus “ , pienso. “ Tiene más aire que compresor de estación de servicio ...”
Mientras tanto, otros jovatos que están delante de mi, ven llegar a una morocha infartante , más fuerte que guiso de Mentoplus , la que - haciéndose la pelotuda- se manda sin trepidar al comercio, ante el griterío exaltado de las viejas que suspenden la sección chimentos para reclamarle a viva voz por su atrevida acción.
- Che, a la cola, que no tiene espinas - grita una jovata mientras revolea su bolsa y casi le pega en las guampas a su vecino que se salvó porque estaba un poco más allá del metro y medio que recomienda el Ministro de Salud, para evitar el contagio .
- Ayyy... disculpe doña - dice la morocha con voz melosa - Pensé que eran una familia.
- Deja de hacerte la boluda y ponerte en la cola- le señala “la Marta” , en tanto que su marido, un metro y medio más allá no deja de mirarle la ídem a la morocha, que porta una calza colorida y apretadisima , presta a reventarse en cualquier momento.
Desde el interior del comercio, se escucha una voz .
- ! El que sigueeee!
El que sigue soy yo, y me zambullo hacia el interior apresuradamente, antes que alguna jovata me gane de mano en la confusión.
¿ Que me había encargado mi mujer?...puta madre, me olvido de todo...
- Dame medio kilo de pan - digo, por decir algo, tratando de recordar, mientras tanto, que mierda era lo que tenía que llevar.
- ¿ Algo mas ? - me pregunta la flaca que me está atendiendo.
-Eeeehhh... respondo como Maradona , mientras miro para todos lados tratando de recordar. - Eeeehhhh....repito como un autómata, o mejor dicho , como un boludo a quien no le viene nada a la mente.
- Cortame doscientos gramos de mortadela.- ¿Era mortadela, o eran fideos ?.....Oh my God....”Es triste llegar a viejo”, decía mi finada suegra....! Cuánta razón tenia querida suegra !
-¿Alguna otra cosa ? - interroga la empleada, ya golpeando el bolígrafo sobre el mostrador para demostrar su impaciencia ante mi dubitativa actitud .
- Eeeehhh....dame dos bolsas de huesos para los perros.
Me alcanza los huesos con cara de pocos amigos.
-¿ Cuan....Cuánto es ? - atino a preguntar
- Docientos cincuenta- , señala la flaca sin hesitar .
Casi caigo de espaldas .
-¿ Docientos cincuenta ? , pregunto como un boludo
-Si, docientos cincuenta.
Tengo ganas de decirle : “con razón tenes el barbijo colocado .... es para que no pueda acusarte cuando haga la denuncia...” , pero me contengo. Voy a la caja, pago, y salgo a los tropezones , casi chocando contra las viejas que ya se están apretujando contra la puerta tratando de ingresar.
La fila ya tiene como media cuadra y detrás de la morocha de calza multicolor , una pléyade de viejos alzados se amontonan sin respetar el distanciamiento indicado por el ministro.
Alguien escucha una radio en la larga fila. El coronavirus y las boludeces de la farándula , ocupan espacio en diarios, revistas, radios,TV , y la fila de gente que espera para entrar a la carnicería .
Llego casi a la carrera a mi casa. El ministro de salud anunció que “ es lógico que se extienda la cuarentena general ....el pico se está corriendo hacia mayo “
Le digo a mi esposa, con poco aire en los pulmones por la agitación:
- ! La cuarentena seguirá hasta Mayo !
- ¿ Conseguiste las tapas para las empanadas ?...
- Eeeehhhh....
- ¿ Y la carne picada ?...
- Eeeeeehhhh....
-Raul....deja de hacerte el pavo y contestame....¿ Donde dejaste las cosas que te encargué?
- Eeeeehhhh,,,,¿ sabes qué pasó mi amor...? Estaba lleno de gente y tuve miedo de que me contagiaran el virus, así que traje pan y un poco de fiambre...
- Pero ahora, ¿ que hago para comer al mediodía?
Como estoy habituado a una larga vida de trabajo, en horarios mañaneros , disfrutando mate y micrófono, ahora ya en el jubileo, continúo con esa inveterada costumbre.
A las seis de la mañana desperté con el canto de las chicharras anunciando el rigor de la canicula.
Mi esposa duerme a pata suelta y yo aprovecho esos momentos para regar el patio, escuchar el canto de los horneros, los gorriones, las tacuaras, y otros cuantos pájaros nativos.
Pongo la caldera ( pava, en entrerriano básico) sobre la llama ya encendida en la cocina y le pongo la yerba al mate, apretando bien en donde dentro de algunos minutos, introduciré la bombilla.
Les recuerdo que apenas el agua comience a calentarse , hay que ir suministrando poco a poco el líquido elemento al sector descripto anteriormente.
Esta acción se acomete al solo fin de no quemar la yerba ,ni que la misma quede demasiado amarga en el principio de la cebadura.
Tras culminar los preparativos, voy hacia donde descansa mi querida compañera y la despierto con una caricia, al tiempo que depositó el regalo del mate mañanero.
Ella, ni bien abre sus ojos, recibe mi obsequio con una sonrisa radiante y me formula , ipso facto , su consabido interrogante:
-¿ Qué comemos hoy ?
- ! Pero por favor, mi amor ! ¿ No podes preguntar...qué se yo.... si hace calor, si llueve, si está nublado...? ! Noooo, lo primero que se le viene a la mente es preguntar qué vamos a comer hoy....!
- Bueno, yo pregunto nada más, no es para que te pongas así- , me contesta casi haciendo pucheros. Y entonces me da el pie justo para contestar sin ambages :
- ! Puchero, comamos puchero !
- ¿ Te parece?¿ Con este calor ?
Le alcanzo otro mate , en tanto se despereza con lentitud , y le contestó la consabida frase aprendida en cuarenta y cinco años de matrimonio :
- Bueno hace lo que quieras.
- Entonces vas a tener que ir a la carnicería para traer un poco de carne picada y unas tapas para empanadas.
-¡ No me digas que vamos a comer empanadas ! - digo haciéndome el guacho pistola.
- Raul, deja de hacerte el boludo y anda ahora que es temprano y no anda gente.
Rezongando para mis adentros voy en busca de una bolsa para transportar el encargue , cosa que las viejas chusmas del barrio no se enteren de lo que llevo. Y además, para demostrar mi condición de anciano, que no puede ir ni a comprar una tableta de aspirinas si no lleva su correspondiente bolsa .
salgo entonces presuroso rumbo a la carnicería, la que en realidad es una suerte de carnicería, almacén, verdulería, farmacia , y propaladora de los últimos chimentos del barrio ,comentados a viva voz mientras esperan en la cola de ingreso, ya que en virtud del coronavirus no se permite entrar a más de cuatro personas, de forma tal que una vez que ingresaron las primeras cuatro,esperamos pacientemente a que salga una para que pueda ingresar la siguiente.
Cuando llego, ya hay más de diez personas aguardando la orden de partida.
La fila es bastante larga porque se mantiene el espacio necesario para que el virus no te alcance en su vuelo de contagio y caiga entonces,por su propio peso hasta el suelo en donde puede ser eliminado a pisotones o alpargatazos.
Las viejas, separadas por la necesidad , no tienen más remedio que hablar a los gritos para que sus colegas no pierdan detalle.
- Che,Marta - señala una vieja con barbijo que le cubre únicamente la boca. - ¿ Qué pasó anoche en la casa de los García que había tanto quilombo?
Y ahí “ la Marta” se despacha con una perorata con lujo de detalles acerca de lo acontecido, parloteando casi sin respirar por espacio de unos tres minutos.
” Está vieja no muere de coronavirus “ , pienso. “ Tiene más aire que compresor de estación de servicio ...”
Mientras tanto, otros jovatos que están delante de mi, ven llegar a una morocha infartante , más fuerte que guiso de Mentoplus , la que - haciéndose la pelotuda- se manda sin trepidar al comercio, ante el griterío exaltado de las viejas que suspenden la sección chimentos para reclamarle a viva voz por su atrevida acción.
- Che, a la cola, que no tiene espinas - grita una jovata mientras revolea su bolsa y casi le pega en las guampas a su vecino que se salvó porque estaba un poco más allá del metro y medio que recomienda el Ministro de Salud, para evitar el contagio .
- Ayyy... disculpe doña - dice la morocha con voz melosa - Pensé que eran una familia.
- Deja de hacerte la boluda y ponerte en la cola- le señala “la Marta” , en tanto que su marido, un metro y medio más allá no deja de mirarle la ídem a la morocha, que porta una calza colorida y apretadisima , presta a reventarse en cualquier momento.
Desde el interior del comercio, se escucha una voz .
- ! El que sigueeee!
El que sigue soy yo, y me zambullo hacia el interior apresuradamente, antes que alguna jovata me gane de mano en la confusión.
¿ Que me había encargado mi mujer?...puta madre, me olvido de todo...
- Dame medio kilo de pan - digo, por decir algo, tratando de recordar, mientras tanto, que mierda era lo que tenía que llevar.
- ¿ Algo mas ? - me pregunta la flaca que me está atendiendo.
-Eeeehhh... respondo como Maradona , mientras miro para todos lados tratando de recordar. - Eeeehhhh....repito como un autómata, o mejor dicho , como un boludo a quien no le viene nada a la mente.
- Cortame doscientos gramos de mortadela.- ¿Era mortadela, o eran fideos ?.....Oh my God....”Es triste llegar a viejo”, decía mi finada suegra....! Cuánta razón tenia querida suegra !
-¿Alguna otra cosa ? - interroga la empleada, ya golpeando el bolígrafo sobre el mostrador para demostrar su impaciencia ante mi dubitativa actitud .
- Eeeehhh....dame dos bolsas de huesos para los perros.
Me alcanza los huesos con cara de pocos amigos.
-¿ Cuan....Cuánto es ? - atino a preguntar
- Docientos cincuenta- , señala la flaca sin hesitar .
Casi caigo de espaldas .
-¿ Docientos cincuenta ? , pregunto como un boludo
-Si, docientos cincuenta.
Tengo ganas de decirle : “con razón tenes el barbijo colocado .... es para que no pueda acusarte cuando haga la denuncia...” , pero me contengo. Voy a la caja, pago, y salgo a los tropezones , casi chocando contra las viejas que ya se están apretujando contra la puerta tratando de ingresar.
La fila ya tiene como media cuadra y detrás de la morocha de calza multicolor , una pléyade de viejos alzados se amontonan sin respetar el distanciamiento indicado por el ministro.
Alguien escucha una radio en la larga fila. El coronavirus y las boludeces de la farándula , ocupan espacio en diarios, revistas, radios,TV , y la fila de gente que espera para entrar a la carnicería .
Llego casi a la carrera a mi casa. El ministro de salud anunció que “ es lógico que se extienda la cuarentena general ....el pico se está corriendo hacia mayo “
Le digo a mi esposa, con poco aire en los pulmones por la agitación:
- ! La cuarentena seguirá hasta Mayo !
- ¿ Conseguiste las tapas para las empanadas ?...
- Eeeehhhh....
- ¿ Y la carne picada ?...
- Eeeeeehhhh....
-Raul....deja de hacerte el pavo y contestame....¿ Donde dejaste las cosas que te encargué?
- Eeeeehhhh,,,,¿ sabes qué pasó mi amor...? Estaba lleno de gente y tuve miedo de que me contagiaran el virus, así que traje pan y un poco de fiambre...
- Pero ahora, ¿ que hago para comer al mediodía?
- Y....no sè....hacè lo que quieras....
Comentarios
Publicar un comentario